No hablaba raro sino que utilizaba un tono y un vocabulario no tan natural ni popular como los periodistas de ahora. Iker trataba de hablar utilizando cultismos que entendía y que servían para expresar las cosas que quería decir. La alternativa eran (y son) los chavalitos de 20-25 años como un reportero de TVE que decía que la imagen que ofrecían las calles de Valencia era apoteósica (en vez de apocaliptica). Teniendo en cuenta que se dedican a la comunicación, los reporteros deberían saber hablar bien o dejar de utilizar palabras que no conocen. Iker es un comunicador que se desmarca de todo eso, aunque el contenido del mensaje sea cuestionable (que lo es)