#1 #1 eneas26 dijo: Y también pasa que cuando se mojan, en clase no se pueden cambiar, y todo el día mojados se acaban resfriando y sabes que pasa entonces?que le aguantamos las fiebres, los mocos y las tos sus señoras madres. Que conste que yo no tengo coche y llevo a mi hijo a pie, pero tela que de todo nos tengamos que quejar @eneas26 pues un buen chubasquero, unas botas de agua, un gorro y debajo de todo un buen abrigo. Y cuando llegue a clase que se lo quite (o depende de la edad, lo quite la profesora). Lo que hay que comprender es que hay más gente circulando que las personas que dejan a sus hijos, y si no provocaran a diario ya suficientes atascos y retrasos al resto, estos días son peores. Igualmente yo no me quejo ahora mismo, que en Andalucía es semana blanca y se nota que no hay clases... todos los días llego al trabajo con tiempo y a casa también. Ojalá fuera siempre así.
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1. Diría que eso no solo pasa en Barcelona.
2. Que conste que yo no tengo ni hijos! Pero aparte del coche, una herramienta muy útil para que no se mojen es el paraguas. Pues claro que nos quejamos! No es normal taponar una calle con decenas de coches y 4x4 en doble fila, o en linea amarilla, o directamente encima de las aceras. Con críos y abuelos sorteándolos o cruzando de una acera a otra por donde pueden. Y mientas no nos quejemos, así seguirán haciéndose las cosas.
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Y también pasa que cuando se mojan, en clase no se pueden cambiar, y todo el día mojados se acaban resfriando y sabes que pasa entonces?que le aguantamos las fiebres, los mocos y las tos sus señoras madres. Que conste que yo no tengo coche y llevo a mi hijo a pie, pero tela que de todo nos tengamos que quejar
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2. Que conste que yo no tengo ni hijos! Pero aparte del coche, una herramienta muy útil para que no se mojen es el paraguas. Pues claro que nos quejamos! No es normal taponar una calle con decenas de coches y 4x4 en doble fila, o en linea amarilla, o directamente encima de las aceras. Con críos y abuelos sorteándolos o cruzando de una acera a otra por donde pueden. Y mientas no nos quejemos, así seguirán haciéndose las cosas.