La historia que hay detrás es bastante interesante: Cuando el dueño era pequeño metió al cachorro en su mochila y al volver del colegio se le olvido sacarlo. Al día siguiente su padre (divorciado) le regaló una mochila nueva y nunca más volvió a ver al perro. Hoy 15 años después el chico ya va a la universidad y necesitaba una mochila y al mirar en el sótano le encontró.
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Pues coincido con el humano de la foto y el título, eso es saber llevar lo verdaderamente imprescindible.
Cuando yo paseo con Rufo, llevo en mi mochila (ya ni recuerdo la última vez que salí con bolso) un litro de agua (para ambos), su recipiente para beber, snacks para él (salmón seco o cecina de pollo, normalmente), rollo de bolsas de repuesto, su cartilla sanitaria, una dosis de sus medicinas (por si hay una emergencia o comemos fuera). También llevo la botella con agua jabonosa para cuando orina, y, además de eso, mis cartera, llaves, kleenex, teléfono... Vamos, que comprendo a quienes llevan un bebé.
Pero sí, eso es felicidad. Tu perro y tú, el mejor equipo del mundo.
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"Oh Dios mío, matadme"
Cuando yo paseo con Rufo, llevo en mi mochila (ya ni recuerdo la última vez que salí con bolso) un litro de agua (para ambos), su recipiente para beber, snacks para él (salmón seco o cecina de pollo, normalmente), rollo de bolsas de repuesto, su cartilla sanitaria, una dosis de sus medicinas (por si hay una emergencia o comemos fuera). También llevo la botella con agua jabonosa para cuando orina, y, además de eso, mis cartera, llaves, kleenex, teléfono... Vamos, que comprendo a quienes llevan un bebé.
Pero sí, eso es felicidad. Tu perro y tú, el mejor equipo del mundo.