Hombre, te pasas en torno a 20 años de tu vida en ambientes académicos en los que no te enseñan a afrontar ni conocer el mundo real, sino a ser un sumiso estudiante cuya recompensa es la palmadita en la espalda en forma de calificaciones, ¿y esperas no sentir miedo ante un mercado laboral voraz y desconocido?

Están los que intentan hacer de la vida académica su futuro laboral, aferrándose a la endogamia sistémica. Están los que no tienen prisa por tener ingresos propios, pues el paternalismo los abraza y mantiene en la minoría de edad simbólica. Están los que ingenuamente creen que esos estudios mejorarán su empleabilidad. Hay mucha casuística, pero el denominador común es que la alternativa a seguir estudiando, el mercado laboral, no aporta grandes alicientes.

Es lo que pasa cuando no hay absolutamente ninguna garantía de conseguir un buen empleo en algún punto, que alargas los estudios todo lo que puedes....