Estuve varios años en la hostelería y he visto de todo. Recuerdo dos señores alemanes, gordos y rojos de tomar el sol sin crema solar que vinieron a las 2 de la tarde y se bebieron como 4 litros de sangría entre los dos, como quien bebe agua.

También unos ingleses pidiendo esas jarras de 2 litros de cerveza que teníamos guardadas porque ni dios pedía semejante barbaridad y los veías beberse tres rondas a cada uno.

Mi conclusión es que no vienen de vacaciones, vienen a morir y no se deciden entre el balconing, una insolación o un coma etílico de campeonato.

El último mensaje define al tío ese.... Menudo cobarde llorón.