Yo recuerdo que cuando estaba entre 2º y 5º de EGB, durante el momento en que hacíamos los deberes que nos había puesto el profesor, éste nos iba llamando uno a uno a su mesa donde tenía abierto el Quijote, y nos hacía leer varias líneas en voz alta. En mi caso, la mejor práctica la hacía en casa, porque tenía la costumbre de coger un libro antes de dormir y leer varias páginas en voz alta.